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CANCER & BEAUTY

lunes, 23 de enero de 2012

Los famosos con cancer ayudan a llevar con mas naturalidad la enfermedad

El anuncio público de famosos como Terelu Campos, Concha Garcia Campoy o Esperanza Agurre, de que tienen cáncer, manifestandolo delante de los preiodistas de manera natural, hace que los demás pacientes que sufren cáncer lo vean con más naturalidad su enfermedad y se convenzan de que pueden combatir gracias al sistema médico.

Manifestaciones de este tipo no deberían ser tan extrañas teniendo en cuenta que una de cada cuatro mujeres y uno de cada tres hombres desarrollará un tumor a lo largo de su vida, según los datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Y que las buenas noticias clínicas llevan años ganando terreno a las malas en casi todo lo relacionado con la oncología. Si bien la incidencia de algunos tumores aumenta (especialmente en mujeres), la mortalidad desciende a un ritmo del 1,3% anual en hombres y del 1% en mujeres, y los índices globales de curación ya alcanzan el 45% y 55% respectivamente.

El problema, más allá del ámbito estrictamente médico, está en la estigmatización de los pacientes por el exceso de carga negativa que persigue al cáncer. “Aún es una enfermedad maldita”, sostiene Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer. De ahí la importancia del mensaje lanzado por la presidenta madrileña.ejemplo

“El anuncio de prsonajes como Terelu Campos,Esperanza Agurre, Concha Garcia Campoy etc  ha sido muy positivo de cara a la normalización de la enfermedad en dos aspectos”, sostiene el presidente de la SEOM,  “Han comunicado lo que les sucede explícitamente y con todas sus letras: cáncer, lo que desdramatiza la situación y ayuda a todos los pacientes a sentirse acompañados”,  Pero además, al precisar que se le detectó en una revisión rutinaria, “da un impulso a los programas de detección precoz, y no solo de mama, sino también de otros tumores”.
Un mensaje como este es mucho más eficaz si lo lanza una paciente conocida que cualquier médico por famoso que sea. “El impacto es totalmente diferente, así tiene mucha más fuerza”,


Desde el punto de vista de los enfermos, “Es un gesto muy beneficioso para los pacientes anónimos que sufren la misma enfermedad. Cuando un personaje público hace un anuncio de forma tan natural, hace mucho por la normalización social del cáncer. Demuestra que se puede hablar, comentar y pronunciar la palabra abiertamente”.

“Es bueno que los personajes públicos afectados no rodeen de misterio la enfermedad. Que de repente dejen de trabajar y desaparezcan sin dar explicaciones no ayuda en nada en la normalización”

No es fácil desnudarse públicamente en cuestiones como esta. Como tampoco es lo mismo anunciar que se padece uno u otro tipo de tumor. Más que una patología, el cáncer es toda una galaxia de enfermedades con unas 200 manifestaciones clínicas de muy distinto tratamiento o pronóstico, no solo entre ellas mismas, sino en cada paciente. Así, no es de extrañar que lo más frecuente sea que los anuncios los pronuncien personas afectadas por tumores con elevadas expectativas de curación, como puede ser el caso del cáncer de pecho.


“Es distinto anunciar que se padece un cáncer de mama, un tumor con unas expectativas globales de curación del 80%, que un cáncer de pulmón, con tasas del 15%”, . Pero tampoco es lo mismo un cáncer de mama que uno de próstata, a pesar de que también presenta una elevada supervivencia (mortalidad inferior a 20 casos por 100.000 habitantes y en descenso, según Annals of Oncology de mayo de 2010). Quizás porque suele ser más frecuente en personas de edad avanzada o por los problemas que puede llevar asociados (impotencia, incontinencia) no sea tan fácil abordar públicamente este tumor. “Apenas se habla del cáncer de próstata”, reflexiona el responsable de la SEOM, “a pesar de que es una patología que también ha padecido mucha gente conocida”.
Con todas sus variables, el cáncer (o los cánceres) son tres enfermedades en una, como explica el doctor Jovell. La primera es la orgánica, “y en ella se ha avanzado mucho”. No solo en la parcela curativa, sino en la mejora de los efectos secundarios o en la calidad de vida de los pacientes, que cada vez viven más. Junto al plano físico está el psicológico, “no tan bien tratado como el anterior”, a Y, por último, está el problema social, que Jovell califica como la “asignatura pendiente”. “Mientras en el plano médico o científico en España estamos a la altura de los países más desarrollados, en la vertiente social, el cáncer es aún una enfermedad maldita”,

 La SEOM sostiene que la sociedad se ha quedado estancada en los tiempos en los que cáncer era sinónimo de muerte. Y ello se traduce en diversos problemas. “La sociedad no está acostumbrada a apoyar a enfermos que sufren, el entorno te acaba marginando, sobre todo, cuando la enfermedad es larga”. Estas disfunciones repercuten en el ámbito laboral, donde no se sabe cómo tratar a los afectados o a sus familiares. “Las empresas no se han adaptado a la realidad del cáncer de hoy en día, a los periodos de incapacidad de los pacientes…”, comenta. “Hay muchos frentes a los que hacer frente y que se cubrirán con el paso del tiempo”, dice Barragán.

En este proceso, llamar al cáncer por su nombre es un paso más en el camino a la normalización,