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CANCER & BEAUTY

domingo, 4 de septiembre de 2011

LA AUTOESTIMA TE DA EL 90/% DE LA FUERZA PARA AFRONTAR EL CANCER



Mi autoestima.


Es posible que en algún momento o circunstancia del proceso de superación de la enfermedad, tu autoestima se vea deteriorada como consecuencia de los tratamientos, de sus efectos secundarios, de los cambios en tu imagen corporal, de la incertidumbre ante el futuro, etc.



La importancia de la autoestima radica en que funciona como un motor en la vida: habla de nosotros, de cómo nos percibimos y comportamos y de lo que esperamos del otro. Es uno de los factores más relevantes para el bienestar personal y una clave para relacionarnos con nuestro entorno de una forma satisfactoria.



¿Qué es la autoestima?




La palabra autoestima está compuesta por dos conceptos, el de "auto" que alude a la persona en sí y por sí misma y "estima" que alude a la valoración. Por lo tanto la autoestima podría ser la valoración que una persona hace de sí misma. Sería el sentimiento de aceptación y aprecio hacia uno mismo, que va unido al sentimiento de competencia y valía personal.



Cuando la valoración que hacemos de nosotros mismos es beneficiosa se puede decir que tenemos una autoestima positiva, mientras que si es perjudicial nos hallamos ante una baja autoestima.



Las personas con alta autoestima se caracterizan por superar con mayor facilidad sus problemas o dificultades personales, ser más independientes, tener mayor facilidad a la hora de tener relaciones interpersonales, etc. Cuando tienes una autoestima alta, te sientes bien contigo mismo; sientes que eres capaz de dirigir o manejar tu vida; te adaptas con mayor facilidad a los cambios y circunstancias que te rodean y disfrutas con los desafíos que la vida te presenta; estás más preparado para abordar la vida de frente.



Por el contrario, las personas con una baja autoestima sienten mayor inseguridad, se sienten en mayor medida responsables o culpables de su situación y de sus problemas, etc. Cuando la autoestima es negativa, la salud se resiente porque falta la confianza para abordar los sucesivos retos que presenta la vida. Al faltar la confianza personal, disminuye la capacidad para enfrentarse a los múltiples problemas y conflictos que se presentan en la vida. Por otra parte, al faltar la confianza en uno mismo, difícilmente se fijan metas.



La importancia de la autoestima radica en que nos impulsa a actuar, a seguir adelante y nos motiva para perseguir nuestros objetivos.





¿El cáncer puede dañar mi autoestima?





La sociedad y la publicidad nos pide ser perfectos. Por eso cuando surge la enfermedad, cuando las cosas no salen como habíamos planificado, nuestra autoestima se resiente.



El cáncer y los tratamientos recibidos pueden dañar tu autoestima de varias formas:



Por los cambios en tu imagen (pérdida del cabello, aumento de peso, cicatrices, secuelas de la cirugía, pérdida de la mama…).

Por los cambios en tu independencia y estilo de vida (no poder trabajar todavía, cambio en el trabajo, deporte, etc.).

Por las consecuencias derivadas de los tratamientos sobre algún órgano o función determinada (fertilidad, habla, movilidad, etc.).

La presencia de alguna de estas consecuencias puede hacer que te sientas menos valioso, menos útil o menos atractivo. Esto genera sentimientos de inseguridad y puede provocar aislamiento, reducir las relaciones sociales, alejamiento de la pareja y de los demás, y en general, puede limitar tu actividad diaria.



Este daño es normal, es algo que les ocurre a muchas personas en tu misma situación. Pero no debes olvidar que la autoestima es algo que podemos trabajar y “reconstruir”.



Necesitamos aceptarnos como un todo, con límites y capacidades. Querernos sin condiciones. Sólo así sentiremos el aumento de la autoestima. Necesitamos valorar lo mejor de nosotros y lo menos bueno.




¿La autoestima puede cambiarse?




El proceso de formación de la autoestima se inicia desde nuestra infancia. En este proceso influye el entorno familiar, el contexto cultural, etc. Desde pequeños, interiorizamos una serie de creencias acerca de lo que se espera de nosotros. Estas creencias se van asumiendo y al llegar a la edad adulta se reafirman. Por eso es importante observarlos y revisarlos para tener conciencia de los modelos negativos que hemos interiorizado y así poder cambiarlos.





¿Cómo puedo mejorar mi autoestima? Claves





La autoestima puede ser mejorada a lo largo de nuestra vida, incluso en situaciones difíciles como la enfermedad y los tratamientos. Para ello, es necesario conocernos, saber cómo funcionamos, es decir, cuáles son nuestras fortalezas y aspectos positivos y cuáles son nuestras limitaciones. A partir de esta valoración, hay que pensar qué aspectos deseamos mejorar.



Ahora bien, debemos ser realistas y trazarnos un plan alcanzable en el tiempo (por ejemplo, no podremos cambiar nuestra edad, ni nuestra altura, ni el haber tenido un diagnóstico de cáncer,…). Es decir, tenemos características que tendremos que aceptar y con las que convivir, intentando sacar partido de ellas y buscando, si lo tiene, su aspecto positivo.



Lo fundamental que debes hacer para reforzar y/o aumentar tu autoestima es "aprender a quererte a ti mismo". Para ello puedes comenzar por:



Aceptarte tal y como eres, con tus defectos, pero también con tus virtudes. La aceptación es la base de la seguridad, la confianza, el amor y la autoestima. Aceptarse a sí mismo implica conocerse, saber que aunque tienes una cicatriz en tu cuerpo, tus hijos te adoran, sigues siendo una persona muy importante en su vida, una gran trabajadora, etc.

Disminuir el nivel de exigencia contigo mismo. No puedes pretender, por lo menos al principio, hacer lo mismo que hacías antes de la enfermedad. Aunque ya hayas finalizado los tratamientos, tu cuerpo ha cambiado y debes darle tiempo para que se recupere. Date una oportunidad y reconoce tus cualidades (busca las tres cosas que te hacen especial y recuérdalas de vez en cuando).

Cuidar de ti mismo, de tu alimentación, sueño y descanso, de mantenerte activo, etc. De vez en cuando, si es posible, date algún pequeño capricho y disfruta de ello.

Aunque es posible que haya algunas cosas que no puedas hacer como antes, piensa en todo lo que todavía puedes hacer.

Toma un papel activo en tu vida, no dejes de hacer cosas que puedes seguir haciendo.

Reflexiona acerca de todo lo que te ha podido aportar a nivel humano esta dura experiencia, si te ha fortalecido y te ha ayudado en algo.

Valora tus triunfos. Escribe tus 10 éxitos del día anterior. Percibe como sigues mejorando. Aprecia y celebra tu progreso.

Ponte metas y realízalas. Enumera las áreas importantes de tu vida: la familia, los amigos, el trabajo, la economía, lo personal. Luego imagina que te gustaría tener en cada categoría y escríbelo. Por último, pon una fecha en cada punto. Una meta es un deseo con una línea de tiempo.









LA AUTOESTIMA TE DA EL 90/% DE LA FUERZA PARA AFRONTAR EL CANCER