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domingo, 22 de enero de 2017
sábado, 5 de diciembre de 2015
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martes, 1 de diciembre de 2015
Comprar pañuelos y gorros oncologicos
miércoles, 25 de noviembre de 2015
Resilienza
capacidad para recuperarse de los momentos difíciles, y es uno de los rasgos de carácter más cautivadores que podemos tener.
Aunque algunas personas se dejan afectar menos que otras, creo que todo el mundo es capaz de ser flexible si están lo suficientemente motivados como para progresar en la vida, en lugar de darse por vencido cuando las cosas van mal.
La mayor parte de lo que queremos en la vida está en nuestras manos. A continuación, te cuento por qué la capacidad de superarte a ti mismo es tan sexy:
1. Sabes enfrentar
El saber enfrentar las situaciones de la manera más saludable posible, es algo que te hace ser fascinante como persona. En lugar de recurrir a sustancias o comer de más por lo que estás sintiendo, prefieres ponerte a hacer ejercicio.
En lugar de seguirle dando vueltas al asunto, lo dejas ir. En lugar de culparte a ti misma, prefieres resolver los problemas. En vez de quedarte mirando el techo, te pones a hacer algo productivo.
2. Siempre eres optimista
Crees que controlas tu propio destino, y que eres impulsada a tener éxito. Eres capaz de ver los acontecimientos negativos como lecciones valiosas de la vida. En lugar de retroceder, estás enfocada en el progreso.
Tienes confianza, y tu energía positiva es lo que atrae a otros hacia ti. Una actitud positiva es increíblemente sexy y es un rasgo que caracteriza la capacidad de ser resiliente.
3. Te reencuentras contigo misma
En lugar de darte por vencida, intentas vivir la vida de diferente manera. Te permites estar triste, pero utilizas esa tristeza como motivación para encontrar nuevas vías de lograr tus metas.
Como eres capaz de encontrarte contigo misma, puedes recuperarte de esa tristeza en muy poco tiempo y descubrir una nueva pasión o iniciar una nueva actividad. Eres más guapa a medida que abres nuevas puertas a tu bienestar. Así logras tener una nueva perspectiva sobre la vida.
4. Nadie tiene que mimarte
No eres frágil ni eres vista como una flor delicada. Tus amigos y familiares saben que eres la persona que se mantiene en calma durante una crisis, en lugar de desmoronarse.
El hecho de poder afrontar las situaciones adversas hace que te veas mucho más atractiva de lo que sería si los demás tuvieran que tratarte siempre como a un bebé.
5. No vives en el pasado
Seguro que llevas contigo equipaje (todo el mundo lo hace). El tuyo, sin embargo, no es el típico que es perceptible en una primera cita. Los acontecimientos negativos que han ocurrido en tu vida se quedan en el pasado, mientras que tú te mantienes enfocada en un gran futuro.
Hay muchas formas en que las personas resilientes se centran en el lado positivo. Por ejemplo, si estás dejando tu trabajo, mantén tu concentración puesta en que el próximo será significativamente mejor.
Si estás teniendo una pelea con tu mejor amigo, date cuenta de que es una bendición disfrazada, ya que ahora tienes la oportunidad de ser más cercana y compartir más con tu hermana.
6. Te estás volviendo más fuerte cada día
La vida no te puede lanzar un golpe lo suficientemente fuerte como para darte una paliza, y eso es una cualidad hermosa. Cada vez que te has visto obligada a superar un obstáculo, has aprendido una lección, por lo que es menos probable que vayas a cometer el mismo error otra vez.
En lugar de ser mimada, eres la persona a la cual acudirán tus amigos en busca de consejos sobre cómo ser fuerte.
7. Tu capacidad de adaptación al cambio hace que avances en la vida
A veces la resiliencia implica una capacidad muy necesaria para adaptarse al cambio. El cambio puede ser una gran cosa y una excelente oportunidad para el crecimiento personal. Mientras uno se adapta a los cambios, avanza en la vida.
Al tener nuevos patrones, estos se convierten en nuevas rutinas. Antes de darte cuenta, has logrado cambios increíbles en tu estilo de vida que son mucho más saludables y tremendamente más beneficiosos. Así no sólo te recuperas de los momentos difíciles, sino que también empiezas de cero.
jueves, 12 de noviembre de 2015
El Cancer de Steve Jobs
Las declaraciones vagas que Steve Jobs hizo sobre su salud en los últimos años generaron diversas especulaciones, mientras el mundo trataba de descifrar qué estaba sucediendo realmente.
Pero ahora, con la biografía Steve Jobs, de Walter Isaacson, sabemos que tras esas declaraciones optimistas había un cáncer extendiéndose desde el páncreas hasta el hígado, y finalmente a los huesos y a otras partes del cuerpo. Una de las mayores sorpresas es que aunque él recibía atención médica de primera calidad, muchas veces actuaba en contra de las órdenes de los médicos.
Cuando los médicos descubrieron su tumor neuroendocrino pancreático, en octubre de 2003, dijeron a Jobs que había tenido suerte, por la detección temprana de su enfermedad, que permitiría su eliminación antes de propagarse.
En palabras de Jobs: “Yo realmente no quería que me abrieran el cuerpo, así que traté de ver si algunas otras cosas podían funcionar”.
Esas “otras cosas” incluyeron una dieta vegetariana estricta, acupuntura, hierbas medicinales y otras técnicas alternativas; incluso consultó a un psíquico.
Su familia le suplicó, pero no fue sino hasta junio de 2004 —cuando una tomografía reveló que el tumor había crecido y tal vez se había extendido— que se dio cuenta de que no podía curarse del cáncer a su manera.
La cirugía de julio de 2004 implicó un procedimiento Whipple parcial (de remoción de tejido) para retirar parte del páncreas. Pero no fue una cura: Los médicos encontraron propagación de cáncer en tres puntos de su hígado durante la operación.
Es imposible saber si una cirugía más temprana hubiera eliminado el cáncer antes de que se hubiera extendido. Sin embargo, Jobs le dijo a todos que estaba “curado”. En su famoso discurso de graduación en Stanford en 2005, un raro momento en el que habló sobre su cáncer ante el público, dijo: “Me operaron y ahora estoy bien”.
Jobs también contradecía las órdenes de los médicos respecto a sus hábitos alimenticios.
Desde que era adolescente, Jobs había practicado extrañas rutinas que involucraban ayunos, y se sometía a dietas obsesivas.
Eso era un problema debido a que el estómago necesita enzimas para digerir los alimentos y absorber los nutrientes, dificultando que los pacientes que han tenido cirugía de páncreas obtengan suficiente proteína. El estándar de cuidado es comer frecuentemente y llevar una dieta con una variedad de proteínas de carne, pescado y leche. Pero, como señala Isaacson, “Jobs nunca había hecho esto, y nunca lo haría”.
Avancemos hasta 2008, cuando Jobs y sus médicos sabían que el cáncer se estaba propagando.
Además de sufrir dolor, Jobs estaba perdiendo mucho peso. Esto fue en parte resultado del procedimiento Whipple parcial, además de que su apetito se redujo a causa del cáncer y la morfina, y también porque él insistía en las mismas dietas restrictivas y ayunos que había practicado desde su adolescencia.
A veces pasaba semanas sólo comiendo alimentos como manzanas o una ensalada de zanahoria con limón, y luego, abruptamente, renunciaba a esas comidas.
Isaacson escribe:
“A principios de 2008, los trastornos alimenticios de Jobs empeoraron. Algunas noches se quedaba mirando al suelo e ignoraba todos los platillos que se le presentaban en la larga mesa de la cocina. Cuando los demás estaban a la mitad de su comida, él abruptamente se levantaba y se iba sin decir nada. Era estresante para su familia. Lo vieron perder 18 kilogramos en la primavera de 2008”.
En una declaración pública, Jobs atribuyó su pérdida de peso a “un desequilibrio hormonal que me ha estado robando las proteínas que mi cuerpo necesita para estar saludable. Sofisticadas pruebas de sangre han confirmado este diagnóstico. El remedio para este problema nutricional es relativamente simple”.
Todos teníamos especulaciones. Eso realmente significaba que Jobs tenía un desequilibrio hormonal debido a que su cáncer se había extendido a su hígado.
Se sometió a un trasplante de hígado en 2009, cuando su salud se deterioraba rápidamente. Fue exitoso, pero los médicos encontraron que había tumores en todo el órgano, lo que probablemente significaba que el cáncer se había extendido a otros lugares. También encontraron manchas en la membrana delgada que rodea los órganos internos.
Jobs contradijo de nuevo a los médicos cuando insistió en que no le hicieran un lavado de estómago para un procedimiento de rutina. Eso condujo a una neumonía, y pudo haber muerto. Pero sobrevivió, y no perdió su obstinación, incluso cuando estaba profundamente sedado. Pensaba que el monitor de oxígeno en su dedo era “feo y muy complejo”, y propuso ideas para hacer el diseño más simple.
Su salud y su ánimo parecieron mejorar después del trasplante, pero en noviembre de 2010 experimentó otra crisis. Pesaba apenas 52 kilogramos en Navidad. Los médicos detectaron evidencias de nuevos tumores. “Cada centímetro de su cuerpo se sentía como si hubiese sido golpeado, dijo a sus amigos”, escribe Isaacson.
Y sus manías alimenticias continuaron. La familia tenía un cocinero a tiempo parcial que le preparaba una gran variedad de opciones saludables, pero él se negaba a comerlas después de tocar una o dos cucharadas con su lengua. El cáncer disminuye el apetito, pero Isaacson sugiere que Jobs tenía una complicación más profunda por su actitud psicológica hacia la comida. Tomó una tercera licencia médica en enero de 2011.
Jobs estuvo entre las primeras 20 personas en el mundo en obtener una secuencia completa de todos los genes de su tumor de cáncer, y de su ADN normal. De esta manera, su equipo médico podía elegir los medicamentos específicos dirigidos a las vías moleculares que estaban promoviendo el crecimiento anormal de las células cancerosas. “Voy a ser uno de los primeros en ser capaz de superar un cáncer de esta manera, o voy a ser uno de los últimos en morir a causa de él”, dijo Jobs a Isaacson.
Sin embargo, en julio de 2011, los médicos tenían problemas para luchar contra el cáncer, incluso con los fármacos dirigidos. Jobs había dejado de ir a trabajar, sufría de dolor, no podía comer alimentos sólidos, y pasaba muchos días viendo televisión.
Cuando Jobs anunció su dimisión como presidente ejecutivo de Apple, en la reunión de Consejo del 24 de agosto, el cáncer se había extendido a sus huesos y a otras partes del cuerpo.
“He tenido una carrera muy afortunada, una vida muy afortunada”, dijo a Isaacson. “He hecho todo lo que puedo hacer”.